Diabetes - Complicaciones de la diabetes mellitus y tipo 2

Las complicaciones agudas y crónicas de la diabetes son numerosas y muchas de ellas pueden ser graves como problemas visuales, infarto, ceguera, accidente cerebrovascular, neuropatías, amputaciones y enfermedades renales, entre otras.

Complicaciones agudas y crónicas de la diabetes

Las complicaciones de la diabetes agravan la enfermedad y disminuyen la esperanza de vida de los pacientes. La mayoría de las complicaciones ligadas a la diabetes pueden evitarse, disminuirse o retrasarse, si la diabetes se detecta y trata precoz y correctamente.

Qué daño causa la diabetes en los ojos

El 2 % de los diabéticos son ciegos y un 10 % tienen una disminución en la agudeza visual. La diabetes es la primera causa de retinopatía. Alrededor de 500.000 personas se ven afectadas por complicaciones renales y es la causa número uno de insuficiencia renal (el 10 % de las personas en diálisis, portadoras de una enfermedad renal grave, son diabéticas).

El 75% de los diabéticos mueren de complicaciones de arterioesclerosis como la angina de pecho o infarto de miocardio, la arteriopatía de las extremidades inferiores, los accidentes cerebrovasculares o gangrena (el riesgo de gangrena es 7 veces mayor que en la población no diabética). Por otra parte, alrededor del 10 % y el 15 % de los infartos de miocardio se producen en diabéticos.

Amputación de miembros inferiores por diabetes

Entre el 5 % y 10 % de los diabéticos son o serán amputados de un dedo del pie o de la pierna. Hay un millón de personas amputadas en el mundo por esta enfermedad. La diabetes es la primera causa de amputación.

La afectación de las arterias, tanto las de grueso calibre como las pequeñas arterias, es una de las complicaciones más frecuentes de la diabetes. Esta enfermedad forma parte de los factores de riesgo cardiovasculares y aumenta la posibilidad de que surjan accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares.

Cuáles son los factores de riesgo para la diabetes

Entre los factores de riesgo asociados a la diabetes se encuentran el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión arterial, el exceso de colesterol, el sedentarismo, la escasa actividad deportiva y el tabaquismo.

En un diabético los pequeños vasos y los capilares se encuentran casi siempre afectados. Por ello puede aparecer una retinopatía, una glomerulopatía (poco frecuente) o una neuropatía.

Qué es la retinopatía diabética

La retinopatía diabética, enfermedad de la retina, es una de las principales complicaciones de la diabetes. La mitad de los diabéticos presenta este padecimiento de la retina cuando la diabetes lleva aproximadamente 15 años de evolución. En los países desarrollados, la retinopatía diabética es la primera causa de ceguera en las personas menores de 60 años (a veces 50 años). La ceguera es 25 veces más frecuente en los diabéticos. El 2 % de los diabéticos presenta ceguera, mientras que el 10 % tiene problemas de la visión. La mayoría de las anomalías provocadas por la retinopatía diabética son silenciosas y no provocan ningún síntoma.

El tratamiento de la retinopatía diabética consiste en un perfecto control de la diabetes y de la tensión arterial (estos dos puntos son indispensable), por otra parte, está la fotocoagulación con láser (se realiza en las retinopatías proliferantes con la ayuda de un aparato que emite rayos luminosos para destruir las lesiones y cicatrizarlas). Una agudeza visual normal no elimina el diagnóstico de retinopatía. Es importante hacer una consulta con el oftalmólogo una vez al año como mínimo, quien debe incluir un fondo de ojo, la medida de la tensión ocular, la medida de la agudeza visual, el estado de la mácula y una angiografía de la retina (según la opinión del oftalmólogo). La angiografía con fluoresceína es un examen oftalmológico que frecuentemente se practica en el marco de la vigilancia de la diabetes y permite analizar de manera más precisa las lesiones de la retina y seguir su evolución.

Qué es la nefropatía diabética

Los vasos de los riñones pueden estar afectados y provocar una nefropatía (enfermedad del riñón) que puede provocar una insuficiencia renal. El 25 % de los diabéticos tipo II presentan una nefropatía diabética.

La nefropatía diabética no presenta síntomas al principio. La existencia de proteínas en la orina permite, la mayoría de las veces, el diagnóstico de la nefropatía cuando ningún otro síntoma se ha descubierto. Posteriormente, la nefropatía diabética puede evolucionar hacia una insuficiencia renal con la aparición de fatiga, infecciones urinarias de repetición, edemas en las extremidades inferiores, hipertensión arterial y poliuria, entre otros padecimientos.

La mitad de los diabéticos insulinodependientes sufren insuficiencia renal crónica. La presencia de una microalbuminuria en la orina debe alertar de los riesgos de complicaciones renales (nefropatía diabética) en un diabético insulinodependiente y cardiovasculares en un diabético tipo II. El 30 % de las personas que sufren enfermedades renales son diabéticos.

Qué es la neuropatía diabética

La neuropatía diabética afecta a la mitad de los diabéticos. Se suele encontrar en diabetes de más de 20 años de evolución y afecta al 50 % de los diabéticos de más de 65 años. La neuropatía periférica perjudica las extremidades inferiores y se manifiesta con una disminución de la sensibilidad al dolor. Es decir, la persona diabética pierde la sensibilidad a los traumatismos que afectan a los pies como golpearse o uñas arrancadas; disminución de la sensibilidad al calor; piel seca que genera fisuras y pueden originar infecciones; pies mal irrigados que puede causar fracturas que pasan desapercibidas o con deformaciones de los pies y callosidades.

La neuropatía diabética puede afectar a un único nervio. La afectación de un nervio motor ocular puede, por ejemplo, provocar una diplopía (vista doble). También puede perjudicar al sistema nervioso y causar diarrea, constipación, impotencia, dificultades para vaciar la vejiga, hipotensión ortostática que sobreviene cuando el paciente se pone de pie de repente (baja la presión), una palidez de la piel o una taquicardia.

Cuáles son los primeros síntomas del pie diabético

El pie diabético es consecuencia de complicaciones crónicas de la diabetes mellitus, es decir, es una alteración que se presenta en algunos pacientes que llevan más de diez años con la enfermedad. Es multifactorial, lo que significa que múltiples factores desencadenan esta patología y cursa con alteraciones, principalmente, del sistema nervioso (los cordones nerviosos que van a las piernas y a los pies) y del sistema circulatorio (las arterias que recorren las piernas y los pies).

La diabetes favorece las infecciones bacterianas y por hongos (micosis) que provocan así infecciones urinarias y cutáneas. Estas infecciones desequilibran la diabetes.

Qué es la hipoglucemia

La hipoglucemia se presenta cuando la concentración de glucosa en sangre es más baja de lo normal. Aparece más en enfermos bajo la administración de insulina o medicamentos hipoglucemiantes para tratar una diabetes.

Cuáles son las causas de la hiperglucemia

Los síntomas de la hiperglucemia no siempre se detectan. Pueden ser muy moderados o evolucionar de una manera imprevisible. La hiperglucemia puede manifestarse con sensación de sed, necesidad imperiosa de orinar, fatiga, sensación de hambre, infecciones de repetición, heridas que cicatrizan con dificultad o problemas de visión. Estos son algunos signos que permiten detectarla.

La hiperglucemia puede desencadenarse por un desequilibrio alimentario responsable de un exceso de azúcar en la sangre, debido al consumo desmesurado de pasteles o dulces, por una carencia o insuficiente actividad física, no seguir bien los tratamientos, tomar ciertos medicamentos, estrés y angustia entre otros.

Para controlar la hiperglucemia es importante modificar la alimentación, aumentar la actividad física y practicarla de una forma regular, verificar los niveles de glucemia con más frecuencia y readaptar el tratamiento.

Qué es la cetoacidosis diabética

La cetoacidosis es un signo de descompensación de la diabetes provocada por una insuficiencia de insulina. La cetoacidosis puede cursar con dolores abdominales, náuseas, molestia respiratoria, jadeo, síntomas neurológicos (obnubilación, somnolencia), deshidratación o la aparición de un coma en las formas más graves.

La cetoacidosis se diagnostica por la presencia de cuerpos cetónicos en la orina, que se controlan con la ayuda de unas tiras reactivas que se sumergen en la orina: la presencia de grandes cantidades de cuerpos cetónicos nos da el diagnóstico. Si una glucosuria —presencia de azúcar en la orina en cantidades elevadas— va acompañada de cetoacidosis, en este caso, es necesario investigar primero la causa desencadenante de la cetoacidosis, ya sea un virus, medicamento, infección urinaria o cutánea.

Secuelas de la diabetes

Además del riesgo cardiovascular, la diabetes provoca daños progresivos en la red de pequeños vasos sanguíneos por todo el organismo. Estos daños afectan especialmente a los de los riñones y los de los ojos. Por esta razón, es la principal causa de ceguera (la retinopatía diabética afecta al 10 % de los diabéticos) y multiplica por 15 el riesgo de sufrir la amputación de un pie o una pierna. Asimismo, duplica el riesgo de depresión.

Complicaciones de la diabetes tipo 2

La búsqueda sistemática de complicaciones es importante en el seguimiento de la diabetes. Se debe realizar un examen oftalmológico para buscar una retinopatía con fondo de ojo, agudeza visual, tensión ocular y angiografía de la retina. Además de un electrocardiograma, examen de los pies, la ecografía doppler de los vasos de las extremidades inferiores (cuando se observa una disminución o una ausencia de pulso del pie), análisis de sangre para la búsqueda de un aumento de colesterol (anomalía lipídica) y la búsqueda de albúmina en la orina a fin de detectar una nefropatía diabética.

Complicaciones de la diabetes mellitus

La diabetes mellitus también se le conoce simplemente como diabetes. Pueden aparecer dos tipos de complicaciones: agudas y crónicas.

En cuanto a las complicaciones agudas, pueden ser hipoglucemia o bajada del nivel de glucemia en la sangre y la hiperglucemia con cetonas (que puede acabar provocando una cetoacidosis aguda). Las dos complicaciones pueden llegar a ser graves y poner en riesgo la vida del paciente si no se tratan de forma correcta. En cuanto a la hipoglucemia, la mayoría de los diabéticos saben prevenirla y tratarla correctamente. Mientras que la hiperglucemia, los diabéticos conocen que la presencia de cetonas debe alertarlos para consultar rápidamente.

En cuanto a las complicaciones crónicas, es importante tener en cuenta que las complicaciones microvasculares son más frecuentes en la diabetes tipo 1 que las macrovasculares. Las primeras son principalmente la retinopatía y la nefropatía diabética. Las complicaciones macrovasculares son sobre todo la mala irrigación de la sangre en las piernas, el infarto de corazón y el infarto cerebral.

Foto: © Dmitry Lobanov – Shutterstock.com

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