El sufrimiento puede ser físico o psíquico. Pero en ambos casos, designa un dolor más o menos fuerte que siente un individuo en respuesta a un traumatismo potencial establecido o a un traumatismo potencial. Entre los sufrimientos psicológicos podemos encontrar el estrés, el duelo o la angustia. En el contexto de los sufrimientos de tipo físico encontramos las náuseas, la picazón, la dificultad para respirar, etc. El sufrimiento generalmente lo medimos por tres parámetros diferentes: la intensidad, la frecuencia y la duración.