Aborto diferido

Se habla de aborto diferido cuando el embarazo termina de manera repentina, pero el feto sigue creciendo por razones inexplicables. Generalmente suele pasar inadvertido y suele detectarse en la mujer cuando acude al ginecólogo a una revisión rutinaria.

Un aborto sin síntomas

No existe sangrado, dolor abdominal, cólicos... y se descubre que el corazón del bebé no late al realizar una ecografía.
Las mujeres mantienen los síntomas de un embarazo durante varias semanas, a pesar de que el feto ya no es viable: es por la presencia de dichos síntomas que es difícil de detectar la muerte del feto.

¿En qué momento del embarazo suele aparecer?

Este tipo de abortos suele producirse entre la semana 9 y 12 del embarazo. El útero deja de crecer y las pruebas de embarazo se vuelven negativas aproximadamente 10 días después de que se produzca la muerte del feto.

Diagnóstico

Es recomendable realizar una serie de pruebas cuando el médico tiene la sospecha de que el feto no es más viable: este aborto sólo puede ser detectado por medio de una ecografía y es confirmado cuando no se muestra ningún latido del corazón. Pero esta detección sólo se da si la edad gestacional del feto es de más de 12 semanas.
Cuando se tiene la sospecha de que se está presentando un aborto diferido pero el feto tiene menos de 12 semanas, las pruebas a realizar incluyen la medición de la gonadotropina coriónica humana Hcg. Los niveles de Hcg son un indicador clave cuando la gestación está en riesgo o cuando el huevo ha muerto.

Tratamiento

El mejor tratamiento posible ante un aborto diferido es la realización de un legrado o raspado. Es una operación quirúrgica en la que se realiza un raspado para eliminar por completo los restos que aún quedan en el útero.
Otra posibilidad puede ser mantener una postura expectante aunque esta última opción suele ser difícil psicológicamente para la mujer.
En algunas ocasiones se pueden recitar determinados medicamentos para ayudar a la expulsión de los restos del embarazo: si no hay éxito, entonces se lleva a cabo el método de dilatación y curetaje para dilatar el útero, raspar y expulsar la materia residual.
El legrado la forma más eficaz para expulsar los tejidos fetales con éxito, ya que el cuerpo generalmente expulsa los restos fetales de manera parcial. Esto es de vital importancia ya que los restos fetales pueden causar infecciones graves e incluso pueden llevar a la pérdida del útero o la pérdida de vida de la mujer. El médico se encargará de recetar a la mujer los medicamentos necesarios luego de un aborto diferido, ya que el cuerpo se debilita por los severos cambios hormonales.

A menudo es necesario un soporte psicológico

Al legrado muchas veces habrá que unir un tratamiento psicológico ya que la pérdida del futuro bebé puede ser un golpe muy duro para la madre. Sin duda la ayuda de la pareja será fundamental ya que muchas mujeres han manifestado esta experiencia como verdaderamente traumática.

Después del aborto

Después de un aborto, tanto sea completo como tras la realización de un legrado, se recomienda un periodo de unas 2-3 semanas de abstinencia sexual, evitar baños y el uso de tampones. Si todo evoluciona correctamente se puede buscar un nuevo embarazo pasados al menos unos dos meses.

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