El grosor del endometrio

El útero es uno de los órganos más importantes del aparato reproductor de la mujer porque es el sitio por donde transitan los espermatozoides hasta alcanzar el ovulo femenino. El grosor o espesor de la pared del útero es casi tan importante como el número de óvulos para poder conseguir un embarazo. En algunos casos en los que se hace difícil la concepción, el espesor del revestimiento del endometrio puede ser un factor limitante en las posibilidades de conseguir un embarazo.

Cuál es el grosor óptimo de la pared del útero

El espesor óptimo del revestimiento del endometrio está entre 10 y 15 mm. El máximo espesor del endometrio se alcanza en el momento de la implantación, en torno al día 21 del ciclo menstrual de una mujer.

De qué depende el grosor del endometrio

El crecimiento del revestimiento endometrial depende de dos factores fundamentalmente: de la calidad del flujo de sangre hacia el útero y del efecto de los estrógenos. Es por esta razón que los objetivos a la hora de tratar a mujeres con problemas de fertilidad que tienen un revestimiento uterino delgado son aumentar el flujo de sangre hacia los órganos reproductivos, aumentar la receptividad del útero ante los estrógenos y el balance de las hormonas reproductivas.
Cuando se realiza una inseminación intrauterina o una inseminación in vitro se le administran a la mujer diferentes medicamentos que, directa o indirectamente aumentan los niveles de estrógenos que llegan al útero y al revestimiento endometrial.

Cómo engrosar el endometrio de forma natural

Es aconsejable descansar lo suficiente, por lo menos 7 horas diarias de sueño tranquilo y sin interrupciones para permitir que ocurra la reparación y el crecimiento óptimo del tejido. El sueño influye para que las hormonas reproductivas se mantengan equilibradas y que el útero reciba el mensaje correcto.

Hacer ejercicio físico es importante para aumentar el flujo de la sangre: es aconsejable realizar ejercicio 30 minutos al día. Los ejercicios más recomendables son aquellos que implican movimientos de las piernas y las caderas como el yoga, las caminatas, carreras, ciclismo y natación. La práctica de ejercicios aeróbicos también puede ser una buena opción.

Controlar el estrés para favorecer la circulación de la sangre: relajarse, respirar y calmar la mente.

Tener una alimentación equilibrada aumenta la receptividad del útero ante los estrógenos, el equilibrio de las hormonas y el flujo sanguíneo. La dieta debe ser rica en fibra y baja en glucemia. Es aconsejable comer a intervalos regulares durante todo el día y seguir una rutina para que el cuerpo sepa cuándo va a obtener los alimentos. Esto ayuda a equilibrar la insulina y las hormonas cortisol, que tienen un efecto indirecto en el equilibrio de las hormonas reproductivas. Es bueno incluir verduras como el brócoli, repollo, coliflor y hortalizas de raíz. Estos alimentos ayudan a desintoxicar el hígado y restaurar el equilibrio hormonal. Se debe eliminar la glucosa-fructosa, pues contiene azúcares que no son bien metabolizados por el cuerpo y pueden causar resistencia a la insulina, afectando negativamente la comunicación de las hormonas reproductivas; reducir o eliminar el café y otras formas de estimulantes; evitar las carnes de origen animal, quesos y leches.

La coenzima Q10 es comúnmente recomendada para las mujeres y los hombres cuando están tratando de concebir y mejorar la micro-circulación del corazón. El CoQ10 es un poderoso antioxidante y por lo tanto ayuda a reducir el estrés oxidativo de los tejidos. Debido a que el útero es dependiente de la nutrición de la sangre y se somete a crecimiento y desprendimiento en intervalos regulares, el uso de CoQ10 puede beneficiar la integridad del tejido y posiblemente mejorar la circulación de la sangre.

La acupuntura mejora la circulación, por lo que se logra aumentar el flujo sanguíneo hacia los órganos reproductivos. Esta puede ser la razón principal por la cual esta técnica muestra beneficios para aquellas mujeres que se someten a tratamientos de inseminación in vitro. Al lograr un mayor flujo de sangre, mayor es la probabilidad de que los medicamentos lleguen a su destino.

El masaje femoral: se debe realizar desde el final de la menstruación hasta la ovulación, entre 2 y 3 veces para cada pierna, 1 o 2 veces al día. Este masaje aumenta el flujo sanguíneo hacia los órganos de la pelvis, proporcionando más alimento para el útero y los ovarios. No es recomendable si la mujer tiene la presión arterial alta, una enfermedad cardíaca o problemas circulatorios (aneurismas, varices, flebitis, trombosis), si tiene antecedentes de accidentes cerebrovasculares o durante una post-transferencia en un ciclo de inseminación in vitro.

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Foto: © Tefi - Shutterstock.com

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