Existe varios tipos de úlceras. Algunas pueden aparecer a nivel de la córnea, una frágil membrana que tapiza el iris y la pupila. A menudo son secundarias a una infección de origen viral (provocada por la utilización de lentillas o lentes de contacto), un traumatismo, una sequedad ocular o la parálisis de Bell que se caracteriza por un ojo irritado acompañado de lesiones y de dolores. Después de haber realizado una toma de muestras para identificar la causa el oftalmólogo suele indicar un colirio antiséptico o un seguimiento hospitalario.