El estado de las uñas nos indican mucho sobre una persona. Las personas que se las muerden suelen ser nerviosas e inseguras. Las que las llevan descuidadas suelen ser personas poco constantes y conformistas; unas uñas bien arregladas denotan seriedad, constancia y perfeccionismo. Para poder lucir unas manos bonitas debemos realizarnos una manicura una vez a la semana. También hay que aplicar cada día una crema hidratante para evitar sequedad y utilizar guantes cuando utilicemos productos que pueden ser agresivos para nuestras manos, como el lavaplatos.
Lo primero que hay que hacer es retirar cualquier resto de esmalte que tengamos de la manicura anterior.
Lo segundo es cortarnos las uñas en el largo deseado. Todas deben tener más o menos la misma longitud. Si se ha roto alguna uña hay que cortar las otras un poquito más para que no desentone tanto.
Limando las uñas podremos darles la forma que queramos: cuadrada, ovalada, en pico o redondeada. Hay que poniendo especial cuidado en los laterales para evitar que se descame la uña o quede algún pico y se nos pueda romper o engancharse en las medias, por ejemplo. Lavar las manos, aunque sea con agua para eliminar el polvillo que queda tras el paso anterior.
Con un palito de naranjo, y tras aplicar vaselina en cada uña, empujaremos hacia arriba la cutícula, con cuidado de no hacernos pequeñas heriditas que pueden resultar muy molestas.
Realizar una hidratación profunda de las manos, dejar actuar la crema y que se absorba bien.
Ahora sólo queda elegir qué tipo de manicura queremos lucir y, manos a la obra.