Manos y pies fríos: sus causas

Tener las manos o los pies fríos puede ser un síntoma que avise de algunos desequilibrios en nuestro cuerpo. En las manos y en los pies existen muchas terminaciones nerviosas, arterias y vasos sanguíneos. Los nervios autónomos controlan el diámetro de nuestras arterias y, por lo tanto, regulan la aportación de sangre hacia la periferia de nuestro cuerpo. Cuando, por cualquier causa, las arterias se contraen disminuye el flujo de sangre y la circulación se bloquea. En estos casos las extremidades no sólo se enfrían sino que se ponen pálidas e incluso insensibles.

Se trata, principalmente, de problemas de tipo circulatorio

Una mala circulación sanguínea, las vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos), los vasos sanguíneos envejecidos y débiles, algunas enfermedades reumáticas, el tabaquismo, el llamado Síndrome de Raynaud, la arterioesclerosis, problemas renales, un abuso de medicamentos o la presión arterial baja pueden ser los responsables.

El estrés o los problemas emocionales

Las manos y pies fríos también pueden deberse a un exceso de estrés o a problemas emocionales. En casos de nerviosismo, miedo, temor o ansiedad, inseguridad, etc., nuestro sistema nervioso se desequilibra, se tensan nuestras arterias y venas, y la sangre no puede fluir de forma correcta hacia la periferia. Es por eso que cuando vamos a presentar un examen, hablar en público, o está por ocurrir algo nuevo en nuestras vidas, o estamos a la expectativa de algo que deseamos o que no sabemos, entonces nuestras manos y pies pueden ponerse fríos.
Las personas muy perfeccionistas o muy nerviosas también presentan con frecuencia esta patología.

¿Cómo evitar que se nos pongan frías las manos y los pies?

Es aconsejable seguir una dieta correcta para fortalecer el sistema circulatorio (evitar grasas nocivas, exceso de sal y condimentos, azúcar y harinas refinadas) y consumir vegetales frescos en ensaladas o en jugos frescos (zanahoria, tomate, cebolla, alfalfa, aloe o nopal y apio). Todos estos vegetales son reconstituyentes del sistema circulatorio. La toma de ajo crudo también es uno de los mejores remedios para fomentar una adecuada circulación sanguínea. Se debe tomar un ajo en ayunas o en la noche si el olor molesta. Beber dos litros de agua al día, incluir leches vegetales, aguacate, aceite de oliva extra-virgen, chía y cereales integrales debe ser básico en la dieta diaria.
El ejercicio físico diario también es importante pues las arterias, las venas y todos los sistemas y tejidos del organismo se fortalecen, nutren y el cuerpo se oxigena.

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