Mamografía: técnica e indicaciones

Una mamografía es un tipo especial de radiografía de las mamas. Se utiliza a menudo para detectar el cáncer de seno en mujeres que no presentan indicios o síntomas de enfermedad (es una prueba de depistage) . También puede ser usada si tiene un bulto u otro signo de cáncer de mama. Es un examen radiológico del seno que no requiere ninguna preparación previa.

¿Cómo se realiza?

La mujer debe desnudarse de cintura para arriba y colocarse frente a una máquina de Rayos X. La persona que hace el estudio coloca la mama entre dos placas plásticas. Las superficies presionan la mama haciéndola más plana. Esto puede resultar incómodo pero ayuda a obtener una imagen más clara de la mama. Es un exámen rápido (dura aproximadamente unos 15 minutos) y a veces puede ser doloroso porque se debe apretar con fuerza las mamas para obtener imágenes de buena calidad y esta maniobra puede provocar dolor en las mamas.

Detectar una anomalía

La mamografía permite detectar algunas anomalías en los senos. Habitualmente las mamografías suelen ser normales y no detectan anomalías. Cuando aparece una anomalía no necesariamente tiene que tratarse de un cáncer. En caso de que se detecte alguna anomalía es necesario realizar exámenes complementarios como una ecografía lo antes posible.

Despistaje sistemático

El despistaje sistemático del cáncer de mama debe realizarse en mujeres de 50 a 74 años en los centros autorizados. Un diagnóstico temprano del cáncer de mama hace más fácil el tratamiento y disminuye el riesgo de muerte por cáncer de mama en un 25%. Los resultados de la mamografía son enviados al médico el día siguiente. En el caso de que se detecte alguna anomalía, se recomedará realizar otros exámenes radiológicos (como la ecografía) de inmediato. Si usted lleva una prótesis mamaria, consume medicamentos hormonales o ha tenido alguna intervención quirúrgica, debe informar al radiólogo al respecto.

Los inconvenientes

La mamografía ayuda a reducir el número de fallecimientos debido al cáncer de mama en las mujeres de 40 a 70 años. Pero también pueden existir inconvenientes: pueden detectar otro tipo de lesiones que no sean cancerosas y provocar en la mujer problemas de ansiedad hasta que no se han realizado otras exploraciones complementarias como la ecografía que descarten una patología maligna. También podemos encontrarnos con falsos negativos, es decir, que las mamografías no detecten un cáncer cuando en realidad sí lo haya. También la exposición a la radiación puede considerarse como un inconveniente.

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