Otras enfermedades de la vulva y la vagina

Las enfermedades de transmisión sexual, la soriasis, la distrofia vulvar o el cáncer de vulva pueden afectar tanto a los genitales externos femeninos como a la vagina. Aunque algunas patologías son más graves que otras, todas pueden tratarse.

Cuáles son las partes de la vulva

La parte exterior del área genital femenina se llama vulva y está constituida por:

El monte de venus es una zona carnosa situada sobre el hueso del pubis.

Los labios exteriores de la vulva se llaman labios mayores mientras que a los labios interiores se les conoce con el nombre de labios menores.

El vestíbulo se encuentra entre los labios menores. La vagina y la uretra abren hacia el vestíbulo, donde también se encuentran las aberturas de las glándulas que producen la lubricación.

Por último, el clítoris está ubicado en el tope de los labios menores y cubierto parcialmente por un pliegue de tejido llamado capuchón.

El perineo es el área entre el ano y la vagina.

Qué enfermedades de transmisión sexual (ETS) afectan a la vulva

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) afectan a la vulva. Por este motivo, para prevenir el contagio se aconseja utilizar un preservativo durante las relaciones sexuales.

Las ETS más comunes son las verrugas genitales y el herpes genital.

Qué son las verrugas genitales o condilomas

Las verrugas genitales, también llamadas condilomas, al igual que las verrugas de otras partes del cuerpo, proceden del virus del papiloma humano (VPH).

Las verrugas genitales se transmiten mediante el contacto sexual. Aparecen en la vulva como manchas protuberantes y enrojecidas (aunque no siempre) que pueden doler o picar. En ocasiones, las verrugas se agrupan y adquieren la forma de pequeñas coliflores.

Las verrugas pueden tratarse con medicamento locales, pomadas o con cirugía y el tipo de tratamiento dependerá de la zona donde se encuentren las verrugas.

Qué pasa cuando se tiene un herpes genital en la vulva

La infección del herpes genital procede del virus herpes simplex. Por lo general, se propaga durante el contacto sexual.

A menudo, los síntomas son leves o están ausentes pero en otros casos pueden ser graves.
Así, el herpes genital genera llagas, ampollas o úlceras en la zona vulvar durante unos pocos días o varias semanas. Al cabo de este tiempo suelen desaparecer y regresar posteriormente. El herpes genital causa dolor, malestar y picazón, aunque es posible que no existan síntomas en el momento de la infección. Además, los brotes subsiguientes son menos severos que el brote inicial.

No hay cura para el herpes genital pero ciertos medicamentos pueden ayudar a controlar los brotes, aliviar los síntomas y prevenir la propagación del virus.

Cómo afectan la soriasis genital y la enfermedad de Crohn a la vulva

Las patologías que atacan a otras partes del cuerpo también pueden afectar a la vulva.

Así, la soriasis es una enfermedad de la piel, por lo que puede aparecer en la vulva en forma de manchas rojas, gruesas y escamosas que producen picazón.

La enfermedad de Crohn tampoco es una patología propia de la vulva. Se caracterizapor la formación de úlceras en el sistema digestivo. Precisamente, una señal temprana de esta enfermedad es la aparición de llagas en la vulva.

Por otra parte, las mujeres diabéticas son propensas a padecer enfermedades en la vagina causadas por hongos o levaduras.

En muchos casos, cuando se trata la enfermedad principal, los síntomas de la vulva también desaparecen. De lo contrario, estos síntomas pueden tratarse con cremas o ungüentos.

Qué es la vulvodinia

La palabra vulvodinia significa dolor vulvar crónico. Los síntomas de la vulvodinia incluyen: quemazón, ardor, irritación o carne viva.

La causa más frecuente es una infección.

Respecto al tratamiento, hay muchos métodos para aliviar los síntomas pero no hay un método único que funcione siempre y en todas las mujeres. La vulvodinia puede requerir tratamiento a largo plazo.

La distrofia vulvar o crecimiento anormal de piel en la vulva

La distrofia vulvar provoca un crecimiento anormal de piel en la vulva. Esta piel puede ser demasiado fina (liquen escleroso), demasiado gruesa (hiperplasia) o una mezcla de ambas.

Cuando la piel es muy fina, similar a un papel fino y arrugado, la abertura vaginal corre el riesgo de reducirse, mientras que cuando es demasiado gruesa, da lugar a la formación de parches endurecidos en la vulva.

Los síntomas característicos de la distrofia vulvar son el enrojecimiento o el emblanquecimiento de la piel, picazón y ardor en la vulva.

La realización de una biopsia permitirá confirmar el diagnóstico a partir del cual establecer un tratamiento a largo plazo con cremas o ungüentos que se frotan sobre el tejido vulvar.

Qué tipos de cáncer afectan a la vulva

El cáncer vulvar no es una enfermedad frecuente pero es muy grave porque perjudica la sexualidad de la mujer al convertir la relación sexual en un momento doloroso y difícil.

Si el cáncer vulvar se detecta en una fase temprana, el porcentaje de curación es alto y las opciones de tratamiento implican menos cirugía.

Asimismo, casi todos los tipos de cáncer vulvar son cáncer de piel. En la fase más temprana son precáncer, lo que significa que pueden convertirse en cáncer si no se detectan y reciben tratamiento a tiempo. Si se encuentran células de piel en esta etapa, se llaman NIV (neoplasia intraepitelial vulvar). Pero si se detecta en un estado avanzado, el cáncer puede propagarse e invadir otras partes del cuerpo. Raras veces se desarrollan otros tipos de cáncer en la vulva.

El melanoma es una forma avanzada de cáncer de piel que puede aparecer en la vulva. En la mayoría de los casos, el melanoma comienza con una masa pequeña que parece un lunar. Después, la masa se agranda, cambia de color, se oscurece y puede extenderse de forma irregular - no redonda - e incluso sangrar fácilmente. Por eso, cualquier protuberancia, mancha o masa en la vulva debe ser extirpada.

En cambio, el adenocarcinoma puede aparecer acompañado de una afección denominada la enfermedad de Paget, con el aspecto de un eczema (parches de piel enrojecida, escamosa y con picazón) en la vulva.

Cuáles son los síntomas del cáncer vulvar

El cáncer de vulva aparece con mayor frecuencia en mujeres blancas mayores de 60 años de edad y en áreas de la vulva en las que hay una inflamación crónica o NIV.

Los síntomas incluyen: prurito, ardor, dolor u otro malestar en esta zona, aunque también pueden darse cambios en el color de la piel de la vulva (zonas blancas, rojas, de color marrón o negro).

Algunas veces aparece un tumor o una úlcera y los ganglios linfáticos de la ingle pueden agrandarse.

Diagnóstico y tratamiento del cáncer de vulva

El cáncer invasor de la vulva se diagnostica mediante una biopsia.

En cuanto al tratamiento, a menudo es necesario practicar una cirugía para extirpar todo el tejido canceroso. La cirugía puede consistir en una escisión local amplia (extirpación del cáncer y un área de piel de apariencia normal alrededor del mismo) o bien una vulvectomía (extirpación de la vulva, incluyendo los labios vaginales y el clítoris). El tipo de tratamiento dependerá de lo avanzado que esté el cáncer. La radioterapia y la quimioterapia pueden usarse para tratar formas más severas de cáncer.

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