El ácido acetilsalicílico se conoce con el nombre de aspirina®, la primera marca con la que fue comercializado. Tiene la propiedad de antipirético, analgésico, antiinflamatorio y anticoagulante. Se utiliza para bajar la fiebre, aliviar el dolor, reducir la inflamación y favorecer la circulación de la sangre. Es uno de los medicamentos que se venden sin receta médica, pero su consumo presenta riesgos y no se recomienda para el tratamiento de ciertos tipos de dolor. El activo de este medicamento puede causar problemas gástricos y se debe evitar durante el tercer trimestre del embarazo o en caso de úlceras.
La aspirina® (ácido acetilsalicílico) es una molécula orgánica, que da a algunos organismos vegetales un poder aromático. Está presente en la naturaleza en algunas frutas y hongos. El ácido salicílico tiene una forma sólida y se utiliza para fines médicos como tratamiento antiséptico contra la influenza o como conservante de alimentos. Su acción analgésica también se utiliza en tratamientos dermatológicos para el acné y verrugas.
La aspirina® juega primero el papel de antiinflamatorio. Su modo de acción se basa en la capacidad de regular la secreción de prostaglandina, una sustancia producida cuando el cuerpo es atacado. Dominando estas sustancias, la aspirina permite contener la inflamación, bajar la fiebre y disminuir el dolor. La acción de la aspirina® es a través de su absorción en el estómago y la difusión de moléculas a través de la sangre a todo el cuerpo.
La aspirina® tiene un ingrediente activo antiinflamatorio cuando se consume en grandes dosis, equivalente a 1 gramo de cada toma o 3 gramos al día.
La aspirina® hace efecto en un lapso de tiempo de 30 a 60 minutos, dependiendo de la forma farmacéutica.
La aspirina® no debe tomarse en caso de problemas digestivos como úlcera de estómago o úlcera de duodeno; ni en caso de padecer alguna enfermedad hemorrágica o enfermedad grave del hígado, riñón o corazón.
Si estás embarazada o en periodo de lactancia, no tomes aspirina® sin consultar antes con el médico. No se recomienda consumir aspirina a partir del sexto mes de embarazo.
No se recomienda tomar aspirina® en caso de alergia comprobada a este fármaco o a otros medicamentos similares, como el ibuprofeno. No tomes aspirina si padeces asma o pólipos nasales, ya que corres el riesgo de desarrollar el síndrome de Widal. Es necesario comprobar la ausencia de ácido acetilsalicílico y de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) en la composición de otros medicamentos que se estén tomando al mismo momento para evitar una sobredosis o reacción alérgica. La aspirina puede interactuar con varios medicamentos como los anticoagulantes, los antiinflamatorios no esteroideos o medicamentos para el tratamiento de la gota. Por tanto, si tomas otros medicamentos, debes consultar con tu médico.
En caso de un tratamiento diario con aspirina® en dosis bajas (inferiores a 300 mg) para la prevención de problemas circulatorios o accidentes cardiovasculares, se debe evitar la aspirina para aliviar el dolor, sin la notificación del médico.
El consumo diario de aspirina®, incluso en dosis muy bajas, aumenta el riesgo de sufrir hemorragias . En caso de intervención quirúrgica, incluso cuando sea menor, se debe prevenir al médico o especialista. Por las mismas razones, no se debe usar aspirina para tratar el dolor menstrual. Hay que dejar de tomar aspirina y recurrir a la consulta médica urgente en caso de vómitos con sangre, heces con sangre, heces de color oscuro o signos de hemorragia gastrointestinal, erupciones cutáneas o dificultad respiratoria (riesgo de desarrollar una alergia), mareos, dolor de cabeza y zumbido en los oídos (riesgo de sobredosis).
La aspirina® puede tomarse de acuerdo con las siguientes dosis: 325 mg, 330 mg, 350 mg, 400 mg, 450 mg, 480 mg, 500 mg y 1.000 mg. La dosis recomendada varía entre 500 mg y 1 g por cada toma, que puede repetirse, por lo menos, cada 4 horas, si es necesario. La dosis máxima de aspirina es de 3 g al día (2 g al día para los adultos mayores). Para evitar los efectos secundarios antes mencionados, es mejor no sobrepasar la dosis máxima recomendada.
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