Un hígado enfermo es un hígado afectado por una patología y puede ser asintomático durante mucho tiempo a pesar de la existencia de estos daños. Numerosas enfermedades pueden afectar al hígado; las más frecuentes son la hepatitis de origen farmacológico, virales o tóxicas, el cáncer, la cirrosis muy a menudo etílica, el llamado "hígado cardíaco", es decir, el impacto de la insuficiencia cardíaca en el hígado, enfermedades congénitas o genéticas...
En general, sospechamos una alteración del hígado cuando aumentan ciertas proteínas en un análisis de sangre, como las transaminasas, las fosfatasas alcalinas, las gammaglutamiltransferasas o la bilirrubina. Se puede utilizar una ecografía o un escaner para poner en evidencia las lesiones hepáticas.
Ciertas causas pueden ser tratadas y curarse, otras pueden ser más lentas y otras son incurables. A veces el daño es demasiado importante y es necesario un trasplante de hígado.