Cirugía de la tiroides: Complicaciones severas

La tiroides, situada delante de la tráquea, en la base del cuello, está formada por dos lóbulos que son unidos por un istmo. Al momento de realizar las intervenciones quirúrgicas de la tiroides pueden aparecer complicaciones. Las más frecuentes y las menos importantes son los dolores postoperatorios, un edema y una sensación de anestesia en la zona operada. Pero otras complicaciones más serias pueden producirse.

Un hematoma del cuello

Un hematoma, provocado por una hemorragia puede aparecer en el lugar de la intervención, en la zona de la tiroides, algunas horas después de la intervención. Esta complicación necesita un tratamiento urgente con una nueva intervención porque puede comprimir la tráquea y provocar una molestia respiratoria más o menos severa.

Una parálisis del nervio recurrente

Los 2 nervios recurrentes que inervan cada una de las cuerdas vocales están en contacto con la cara posterior de la tiroides. Uno de los 2 nervios puede padecer de una parálisis durante la intervención. En situaciones muy raras, los 2 nervios recurrentes pueden ser afectados. A menudo se trata de una situación urgente, que puede provocar una asfixia y necesitar una traqueotomía.

Pueden aparecer en este caso, dificultades para tomar líquidos, una modificación de la voz y de su intensidad, así como trastornos respiratorios. En la mayoría de las situaciones, la parálisis observada es pasajera y la persona operada se recupera en 2 a 3 meses, a veces incluso antes. Pero a veces estas modificaciones desaparecen después de 1 año.

Sesiones de ortofonía permiten un mejoramiento y una recuperación más rápida. En casos muy raros, aproximadamente menos del 1 % de las situaciones, la parálisis es definitiva.

Una infección loca

Una infección situada a nivel de la intervención puede aparecer en casos excepcionales varios días después de la intervención.

Un hipoparatiroidismo

Las glándulas paratiroides, en total 4, están situadas a cada lado de la glándula tiroidea. Una intervención de la glándula tiroidea puede provocar una anomalía de funcionamiento de una o de varias glándulas paratiroides debido a una calcemia, la que puede prolongarse hasta 2 meses. En efecto estas glándulas secretan la hormona paratiroidea o paratohormona que actúa sobre la regulación del calcio y del fósforo en la sangre.

Una hipocalcemia puede provocar calambres, hormigueos alrededor de los labios y crisis de espasmofilia (tetania). Esta anomalía desaparece la mayoría de las veces espontáneamente o necesita a veces un tratamiento de vitamina D o de calcio. La persistencia definitiva de una hipocalcemia es excepcional.

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