Tenia, también conocido como solitaria, es un parásito que se puede ingerir a través de ciertos alimentos. Es un parásito intestinal hermafrodita; su cuerpo es plano, segmentado y puede medir hasta 10 metros de longitud. Entre los diversos tipos, se encuentra la taenia saginata: es la más común y afecta a aproximadamente el 0,05 % de la población, sobre todo en las personas que comen carne de vaca. Por otro lado, está la taenia solium, alojada en la carne de cerdo, rara vez se encuentra en Europa.
El factor principal que conduce a este tipo de infección se relaciona con el consumo de carne mal cocida o cruda. En caso de ataque, la tenia se fija al intestino y crece gracias a los alimentos que se ingieren. Al cabo de tres meses, puede reproducirse y liberar los anélidos (anillos o segmentos de su cuerpo) de manera constante. Además, produce huevos que se trasladan al ano, por lo que es posible encontrar gusanos en las heces.
Entre los síntomas que se pueden manifestar, aunque de manera poco frecuente, son calambres abdominales ligeros, náuseas , problemas de tránsito intestinal y cambios en el apetito. Al mismo tiempo, el paso de los parásitos en las heces también puede causar mareos, dolores de cabeza, fatiga y hormigueo en la zona del ano.
El único registro visual sobre la presencia de la lombriz solitaria son los anélidos en las heces, en la ropa interior o en las sábanas.
Para curar y así eliminar este parásito del cuerpo, por lo general, se prescriben medicamentos desparasitantes o vermicidas (niclosamida y praziquantel).
Para evitar que reaparezca este gusano, es recomendable siempre cocinar bien la carne, realizarse exámenes de laboratorio regularmente y desparasitar a las mascotas.
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