Tabaco y cirugía: dejar de fumar

Millones de personas operadas cada año fuman regularmente. Pero, la mayoría ignora los riesgos que implica el tabaquismo durante una intervención quirúrgica.

Es fundamental recordar los problemas y las complicaciones que puede provocar el tabaco en el transcurso de una operación quirúrgica y sacar provecho de ello para intentar convencer al fumador de dejar de fumar definitivamente, dejándose ayudar por un profesional, particularmente por un tabacólogo.

En efecto, según el Dr. Bertrand Dureuil, jefe del servicio de anestesia y reanimación SAMU en el centro hospitalario universitario de Rouen, cerca del 20 % de los fumadores dejan definitivamente el tabaco debido a una intervención quirúrgica importante.

Tabaco e intervención quirúrgica: las complicaciones

Fumar aumenta los riesgos cardíacos, infecciosos y respiratorios. Puede provocar un aumento del 70 % del riesgo de tener complicaciones respiratorias como una infección pulmonar, así como el 300 % de riesgo de complicaciones cardíacas.

Anestesia

Los riesgos de complicaciones de tipo respiratorios o cardiovasculares son mayores durante la anestesia en los fumadores.

Complicaciones quirúrgicas

Las complicaciones quirúrgicas, como el desprendimiento de la sutura digestiva o una eventración aumentan la duración de hospitalización de los fumadores de 2 o 3 días en promedio.

La cicatrización

Los riesgos debido a una mala cicatrización aumentan de 200% a 400%. De hecho, fumar tabaco perturba los mecanismos de reparación tisular.

La nicotina inhalada en el humo de los cigarrillos perturba los mecanismos de reparación de los tejidos e inhibe los procesos de reparación tisular y ósea que perturban una cicatrización rápida y sólida.

Infecciones de la cicatriz

Un fumador tiene 6 veces más posibilidades de desarrollar una infección de la cicatriz postoperatoria que un no fumador.

Tabaquismo pasivo y niño operado

Las complicaciones respiratorias que aparecen en un niño operado son más importantes entre los niños confrontados con un tabaquismo pasivo de las personas de su entorno.

Dejar de fumar antes de la intervención

Se recomienda dejar de fumar el mayor tiempo posible antes de la intervención con el fin de que los riesgos de complicaciones sean menos importantes.

Cuatro semanas permiten recuperar funciones de cicatrización equivalentes a las de un no fumador pero una interrupción aunque muy corta, siempre es buena en términos de reducción del riesgo operatorio.

Post operatorio

Se recomienda no fumar después de la intervención quirúrgica durante varias semanas o varios meses. Esto permite una mejor cicatrización, así como una mejor consolidación ósea cuando la interrupción de fumar continúa entre 2 a 4 meses.

Dejar de fumar

La ayuda de un profesional permite multiplicar las posibilidades de poder dejar de fumar. Este podrá particularmente contemplar la toma de sustitutos nicotínicos en forma de parches acompañados o no en forma de gomas de mascar.

La utilización del cigarrillo electrónico para intentar dejar de fumar antes de una intervención quirúrgica no es todavía muy conocido ni estudiado. Pero no parece que esto pueda provocar problemas nefastos. Sin embargo, se recomienda consultar a un especialista.

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