Los cambios biológicos, psicológicos y psicosociales propios de la adolescencia terminan a los 18 años de edad aproximadamente, aun si los límites entre el final de esta etapa y la etapa adulta no son muy claros. La adolescencia esta marcada por la convergencia de tres hechos fundamentales.
Los cambios físicos durante la adolescencia influyen mucho en la identidad del adolescente. El adolescente debe adaptarse a estos cambios físicos, asumir su identidad y continuar en el camino hacia la sexualidad genital en la etapa adulta.
Muchos adolescentes atraviesan esta etapa sin perturbaciones psicológicas graves. Sin embargo, todos ellos experimentan inquietudes, angustias y dudas. Durante esta etapa, los adolescentes experimentan cambios que son percibidos por el entorno (padres, compañeros, profesores...)
La adaptación a los cambios físicos está vinculada a las presiones del grupo y a los estándares culturales de belleza y de seducción.
El pensamiento de un adolescente se diferencia del pensamiento de un niño por el deseo de encontrar un sentido a todos los aspectos de su experiencia concreta con el mundo (contacto con nuevas amistades o instituciones). Las preguntas acerca de sí mismo se vuelven mucho más profundas y se relacionan con aspectos mucho más afectivos: amor, amistad, sociedad, justicia, religión, moral.
La mayoría de los adolescentes no construyen una ideología propia sino que adquieren las creencias e ideologías ya existentes en su entorno social. Es un hecho que durante esta etapa los adolescentes abordan de manera muy profunda el dilema de la vida y de la muerte.
Al empezar la adolescencia el niño debe dejar su mundo de relaciones limitado exclusivamente a sus padres y construir otro mundo en el que primen la autonomía y las relaciones con otras personas de su misma edad. La conducta de los padres también debe cambiar tanto en el aspecto afectivo como en su rol de agentes de socialización.
La adolescencia es una etapa de conflictos. Durante etapa las relaciones familiares cambian y el adolescente se abre a un mundo mucho más extenso donde sus amigos ocupan un lugar muy importante.
Durante esta etapa los grupos de personas de la misma edad son los principales medios de socialización. En estos grupos las funciones son complementarias y no opuestas (como en el entorno familiar). La formación de estos grupos permite facilitar las relaciones amicales y fomentar la identificación mutua lo cual contribuye a que el adolescente encuentre una identidad personal y social.
Estos grupos permiten que el adolescente asuma roles y enfrente situaciones sociales en las que tendrá que decidir entre lo que se debe y lo que no se debe hacer. Otro medio de socialización importante es la escuela. El medio escolar favorece la formación y el funcionamiento de los grupos de amigos y, además, estimula la confrontación con las exigencias de adultos profesionales.
El amor en la adolescencia.
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