El término psiquiátrico mitómano designa a una persona que sufre de mitomanía, es decir, presenta una tendencia compulsiva a decir mentiras e inventar historias.
La propuesta incorrecta del mitómano son los actos realizados inconsciente y compulsivamente. Esto distingue a un mitómano de un mentiroso simple quien, por lo general, proporciona información falsa con un fin utilitario. En caso de mitomanía, la persona no se da cuenta propiamente de que lo que está diciendo es una mentira y no puede ni siquiera distinguir entre hechos y ficción. Por estas razones, es casi imposible evaluar el grado de claridad del mitómano que vive de sus inventos sin límites. Las mentiras pueden durar años y ver el mismo agente protagonista de vidas brillantes y familias ricas que realizan actividades emocionantes.
Este problema puede originarse por un trauma emocional, por el cual el mitómano escapa inconscientemente de la realidad a través de sus mentiras. Esto también se puede traducir como una falta de madurez emocional y de confianza en sí mismo.
Un mitómano es un sujeto difícil de tratar, porque no se reconoce como un enfermo y no puede soportar ser confrontado con sus propias mentiras. La enfermedad requiere ayuda psiquiátrica.