El hiperinsulinismo designa una concentración anormalmente elevada de insulina en la sangre. La insulina es una hormona que regula la glucemia (cantidad de glucosa en la sangre). Se distinguen dos causas principales de hiperinsulinismo. La primera es una hiperactividad de la células pancreáticas que sintetizan la insulina. Esta hiperactividad puede ser debida a un problema genético. En este caso, el hiperinsulinismo está presente desde el nacimiento del niño (hiperinsulinismo congénito) . Otra causa es que provenga de un tumor pancreático. Como consecuencia de esta patología aparece una hipoglucemia (cantidad de glucosa en sangre demasiado baja que puede conducir a la aparición de convulsiones, coma y muerte). La segunda forma de hiperinsulinismo es debida a una insulinoresistencia de ciertas células, en particular las células del hígado. La insulinoresistencia aparece especialmente en situaciones de sobrepeso y de falta de actividad física. El páncreas se ve obligado en estos casos a fabricar más cantidad de insulina para mantener una glucemia normal. Al final, puede aparecer una hiperglucemia (exceso de glucosa en sangre) de forma permanente: es la diabetes tipo II.