Los postulados de Koch constituyen los cuatro principios que permiten establecer una relación entre el agente patógeno y la enfermedad que provocan. Es a un médico alemán, Robert Koch, a quién le debemos estos postulados. Publicados en 1890, los postulados de Koch salieron de los trabajos de investigación sobre el bacilo de Koch y el bacilo del ántrax. El primer postulado nos dice que el agente patógeno debe estar presente en todos los organismos que tienen la enfermedad. El segundo estipula que el agente patógeno debe poder ser extraído del organismo afectado, aislado y cultivado en el laboratorio. El tercer postulado incide en el hecho de que el agente patógeno debe provocar la misma enfermedad cuando es inoculado en un organismo sano de la misma especie. Enfin, el último postulado formula el principio que el agente patógeno se debe poder encontrar en el organismo experimentalmente inoculado y reconocido como análogo al agente causal.