Las drusas (o drusa) son pequeñas manchas blancas que se desarrollan poco a poco en la parte anterior del nervio óptico. A menudo son hereditarios, pero también pueden aparecer espontáneamente. Los drusen usualmente no causan síntomas y en la mayoría de los casos se descubren durante un examen rutinario ocular. En última instancia, estos depósitos de proteínas pueden causar pérdida de la visión periférica, pero en ningún caso visión central. No existe ningún tratamiento en la actualidad.