La confianza en sí mismo es esencial para el desarrollo de una persona y contribuye a su bienestar. En la mayoría de las personas varía a lo largo de la vida en función de las experiencias vividas, de los éxitos y de los fracasos. El reconocimiento de los otros, la afirmación de sus opiniones y de sus necesidades así como el sentimiento de seguridad son factores claves que contribuyen a aumentar el nivel de confianza en uno mismo. La falta de confianza en sí mismo denota una cierta inseguridad, de malestar y de desvalorización pero el exceso de confianza también denota una cierta arrogancia.