La otosclerosis es una forma de otitis crónica que afecta a las estructuras óseas del oído interno, sobretodo al laberinto, y que se manifiesta en particular por una periostitis (inflamación del periostio que recubre el hueso) o incluso por una osteítis (inflamación todo el tejido óseo), generalmente de origen infeccioso. Más raramente la otosclerosis puede aparecer también después de una fractura de un hueso del oído. La otosclerosis provoca sordera progresiva que se puede convertir en sordera total si ambos oídos están afectados.