La apamina es el veneno que está presente en los insectos que pican como las abejas o los tábanos. Esta neurotoxina actúa bloqueando los canales potasio del sistema nervioso también se utiliza en medicina como tratamiento experimental en la enfermedad de Parkinson. Una inyección subcutánea de 1 a 10 microgramos de apamina cada un a seis semanas permite mejorar los síntomas de estos enfermos. La apamina podría frenar la degeneración de las neuronas dopaminérgicas (las que están afectadas en esta enfermedad) e, incluso, en ciertos pacientes restaurar sus funciones neuronales.