La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurológica que afecta al sistema nervioso central. Es debido al deterioro progresivo de ciertas neuronas de una parte del cerebro llamada sustancia negra. Estas neuronas están asociadas con un neurotransmisor (molécula química que permite la propagación de los impulsos nerviosos), la dopamina, y la disminución de estos efectos son los responsables de la enfermedad y de sus síntomas. En general ocurre entre los 50 y los 70 años y los síntomas pueden retrocer bien gracias al tratamiento. La evolución de la enfermedad ocasiona, a pesar de todo, una acentuación progresiva de la discapacidad. Ciertas patologías se parecen a la enfermedad de Parkinson pero no se explican por la degeneración de las neuronas dopaminérgicas: los síndromes parkinsonianos reagrupan diversos orígenes como la enfermedad de Wilson (debido a un exceso de cobre en el organismo), otros síntomas neurológicos, algunas demencias o la toma de ciertos medicamentos neurolépticos .
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson son:
Después de algún tiempo de evolución, aparecen los síntomas de las complicaciones:
También pueden aparecer ciertos síntomas durante el tratamiento que pueden ser efectos adversos de los medicamentos.
El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es a menudo difícil de establecer, ya que los síntomas aparecen gradualmente y otras enfermedades también pueden ser las responsables. Para el diagnóstico se combinan varios síntomas clínicos y se pueden realizar ciertas pruebas para eliminar otras enfermedades que también pueden causar un síndrome parkinsoniano. Se realizan con frecuencia técnicas de imágenes cerebral como un escaner o una resonancia magnética nuclear (RMN) y, con frecuencia, se hacen análisis de sangre. Generalmente, una mejoría inicial de los síntomas durante el tratamiento es un argumento de peso a favor del diagnóstico de la enfermedad de Parkinson.
El tratamiento de la enfermedad de Parkinson no cura la enfermedad, pero reduce las alteraciones que provoca. El médico prescribe medicamentos llamados agentes antiparkinsonianos, como los agonistas dopaminérgicos o L-dopa aunque más bien se utilizan en segundo lugar o en el parkinsoniano de edad; estos medicamentos pueden ser responsable de efectos adversos al ser utilizados durante un cierto período de tiempo. Además, es importante un apoyo de un fisioterapeuta para tratar de retrasar la progresión de los síntomas. Muy rara vez se puede considerar la cirugía.