La hipoxia se refiere a una disminución en la cantidad de oxígeno suministrado por la sangre a los órganos. Es una consecuencia de la hipoxemia, que es la disminución de la cantidad de oxígeno transportado por los glóbulos rojos en la sangre. La oxigenación de los órganos y tejidos es entonces insuficiente, y el resultado es el sufrimiento de las células que constituyen los órganos.
Puede ser debida a la altitud, a una anemia, a una enfermedad de la hemoglobina, a la intoxicación por monóxido de carbono, a la enfermedad pulmonar crónica, a enfermedades del corazón, a la insuficiencia cardíaca ... Ciertas células del cuerpo son más sensibles que otras a la hipoxia como el cerebro, en particular, y esto puede causar daños irreversibles. El aporte de oxígeno debe ser rápidamente restablecido.
En caso de hipoxia importante hablamos de anoxia. Hablamos de anoxemia en caso de una fuerte hipoxemia.