La hipoxemia se manifiesta por un déficit del volumen de oxígeno en la sangre. Es consecuencia generalmente de una mala conexión entre los capilares sanguíneos y los alveolos pulmonares. Las consecuencias de una hipoxemia son la hipoxia (una disminución del oxígeno distribuído en los tejidos por la sangre) o la taquicardia (corresponde a una aceleración anormal del ritmo cardíaco). La neumonía, en enfisema, las neumopatías, la anemia y la obstrucción de las vías aéreas constituyen las principales causas de hipoxemia.