Un gas muy tóxico
- El monóxido de carbono es un gas invisible, inodoro e indetectable capaz de producir asfixia.
- El monóxido de carbono es muy tóxico. Ocupando el lugar del oxígeno en la sangre, puede volverse mortal en menos de la una hora.
- El 0,1 % de CO en el aire mata en 1 hora.
- El 1 % de CO en el aire mata en 15 minutos.
- El 10 % de CO en el aire mata inmediatamente.
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Fuentes de intoxicación
- Los aparatos de calefacción a gas, a leña, a carbón o a petróleo, los calentadores de agua y todos los aparatos motorizados a gasolina puede ser la causa de una intoxicación de monóxido de carbono.
- La gran mayoría de las intoxicaciones por monóxido de carbono se efectúa en los hogares (86 %).
- Los aparatos de calefacción son la fuente de la intoxicación más frecuente.
- La gran mayoría de personas que poseen aparatos de calefacción de combustión no son conscientes de tener en su domicilio aparatos capaces de emitir monóxido de carbono.
Primera causa de mortalidad por intoxicación
- El monóxido de carbono, provoca miles de defunciones cada año.
- Es la primera causa de mortalidad por intoxicación en varios países.
Síntomas de intoxicación por monóxido de carbono
- Dolores de cabeza.
- Vértigos.
- Náuseas.
- Trastornos de la visión.
- Vómitos.
- Cansancio muscular.
- Pérdida del conocimiento.
Hacer verificar sistemáticamente las instalaciones por un profesional
Hacer verificar sistemáticamente por un profesional antes de cada invierno las instalaciones de calefacción y de producción de agua caliente, así como los conductos de humo y ventilación.
Ventilar las habitaciones
Ventilar las habitaciones todos los días, incluso en invierno.
Verificar el buen funcionamiento de los sistemas de ventilación
Mantener los sistemas de ventilación en buen estado de funcionamiento.
No obstruir las entradas y salidas de aire
Respetar las consignas de utilización de los aparatos de combustión prescritas por el fabricante, como por ejemplo no hacer jamás funcionar las calefacciones complementarias de modo continuo.
Otros consejos
- Colocar los grupos electrógenos en el exterior de los edificios.
- No utilizar para calentarse aparatos que no son concebidos por este uso, como una cocina a gas, un brasero, o una estufa.
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