Estas consultas deben ser dedicadas, excepto si la situación no lo permite, a escoger el método anticonceptivo.
En caso que el profesional de la salud no tenga suficiente tiempo para dar toda la información, será necesario preveer una segunda consulta dedicada a escoger el método anticonceptivo más adecuado.
El modelo BERCER de la OMS propone un modelo de desarrollo de las consultas y un seguimiento en 6 etapas: Bienvenida, Entrevista, Información, Opción, Explicación y Revisión.
Se puede efectuar a lo largo de la consulta un examen ginecológico en búsqueda de antecedentes personales o familiares de ciertos factores de riesgo como la hipertensión arterial, la diabetes, hiperlipemia, la migraña o los accidentes tromboembólicos que puedan contraindicar la utilización de la píldora, así como se puede practicar un análisis de sangre.
Se aconseja realizar un frotis si la mujer ya ha tenido relaciones sexuales.