Aparecido en Pakistán a principios del siglo 20, el squash es uno de los deportes más practicados a nivel mundial. Necesita de habilidad y una condición física excelente. Puede practicarse desde muy joven.
El squash desarrolla la flexibilidad, la rapidez y los reflejos. Mejora la resistencia por las aceleraciones repetidas, la actividad intensa y la recuperación rápida. Además, trabaja el músculo cardiaco.
Las contraindicaciones del squash son principalmente de tipo cardiovascular, ya que la intensidad de los intercambios y aceleraciones repetidas aumentan la presión cardiaca y arterial. A partir de los 40 años, es necesario efectuar un test de esfuerzo para comprobar que no hay contraindicaciones. Una persona claustrofóbica puede, eventualmente, sentirse agobiada, por lo que más vale evitar su práctica.
Las principales patologías que puede provocar el squash tienen que ver principalmente con las articulaciones y los músculos. Pueden aparecer dolores en hombros y codos, problemas dorsales, esguinces en los tobillos y a nivel de los codos. Así como calambres, distensiones o tirones, tendinitis o problemas cardiacos por no respetar las contraindicaciones.
Hay que elegir el equipo con precaución, tanto las raquetas como los zapatos. Hay que practicarlo como complemento de otros deportes de resistencia. También es importante hacer un calentamiento intenso. Durante el partido se deben hacer pausas e hidratarse correctamente.
El reglamento oficial de este deporte consta de 45 páginas por lo que es bastante complicado de entender y no todo el mundo se aviene a las normas. Al principio del juego se sortea el servicio al azar y el ganador elige el área desde la cuál servirá. El área de servicio es un cuadrado pintado en el suelo que se llama "caja de servicio". Cuando el servidor gana un punto debe alternar de caja de servicio.
No se recomienda utilizar las pelotas verdes o azules porque su bote es excesivo y difícil de controlar. Por ello el juego se puede volver peligroso. La pelota oficial es color negra con dos puntos amarillos.
El squash es un deporte que se practica con una raqueta que se parece a la del tenis y con una pelota de goma. Esta pelota puede tener distintos grados de velocidad o de rebote que se identifican según su color. Los jugadores con más experiencia utilizan pelotas lentas y que botan menos que los jugadores principiantes.
El squash se practica en un lugar cerrado. Participan dos jugadores, que golpean la pelota con sus raquetas y la hacen rebotar en la pared frontal de la cancha. La pelota puede rebotar en cualquiera de las paredes cuantas veces sea necesario y en cualquier orden, siempre que golpee en la pared frontal antes de tocar el suelo. Solo puede rebotar en el suelo una vez antes de que se considere un punto para el contrincante.
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