La hipercalcemia designa una concentración anormalmente elevada de calcio en la sangre.
Puede ser secundaria a una destrucción ósea, llamada osteolisis, que provoca un aumento en la concentración de calcio óseo en la sangre. Esto ocurre, por ejemplo, en los mielomas, en los cánceres óseos o en las metástasis óseas. También puede ser debida a un problema en el funcionamiento de las glándulas paratiroides cuando actúan en exceso. Algunos medicamentos pueden ser también responsables de hipercalcemia como los diuréticos y la vitamina D.
Se manifiesta generalmente por un síndrome clínico que asocia una fatiga o cansancio, pérdida de apetito y pérdida de peso, alteraciones digestivas con dolores abdominales, náuseas o vómitos, un aumento en la producción de orina, sed intensa, disminución en la fuerza muscular y a veces confusión mental.
La dosificación de la calcemia en sangre nos dará el diagnóstico de hipercalcemia. En caso de que ésta sea muy elevada pueden aparecer transtornos del ritmo cardíaco por lo que es importante un tratamiento urgente con hidratación importante y utilización de medicamentos que descienden la tasa de calcio en la sangre como los bifosfonatos.