Los aminósidos corresponden a una familia de antibióticos. Se prescriben para luchar contra las enfermedades infecciosas. Actúan como bactericida, es decir, matan a las bacterias responsables de la infección. Entre los aminósidos encontramos la estreptomicina, gentamicina, amikacina, neomicina y tobramicina, entre otros. Su administración, en general, es por vía intravenosa (por personal cualificado y en medio hospitalario) o local (neomicina). De hecho, los aminósidos casi no se absorben por el tubo digestivo.