La imidacloprida es una sustancia insecticida que forma parte de la composicón de numerosos pesticidas. La imidacloprida elimina los insectos atacando directamente a su sistema nervioso. Es poco tóxica para los seres humanos: no suele provocar normalmente ninguna lesión cutánea ni ocular pero es algo más nociva si se consume. A pesar de su escaso peligro para el hombre la utilización de la imidacloprida está muy restringida en los países de la Unión Europea. El objetivo de este reglamento tan estricto es proteger a las poblaciones de abejas.