La inhibina es una hormona que ejerce una acción reguladora sobre la hipófisis. En la naturaleza, la inhibina también es utilizada por las abejas y forma parte de la composición de la miel en la que tiene un papel antibacteriano. Son células que encontramos en los testículos que producen esta hormona y, como tal, la tasa de inhibina es un buen indicador de la fertilidad o de la ausencia de fertilidad en un hombre. Asimismo, la medida de los niveles de inhibina es un elemento que permite controlar la eficacia de un tratamiento destinado a luchar contra la infertilidad.