Una solución básica es un líquido cuyo pH es superior a 7. A la inversa, una solución ácida es aquella que tiene un pH inferior a 7. Cuando una solución no es ácida ni básica, es decir, cuando su pH es de 7, se trata de una solución de pH neutro. Entre las soluciones básicas tenemos el agua de mar (pH de 8), el jabón, la lejía, los detergentes en general, etc. Las soluciones muy básicas (y las soluciones muy ácidas) son extremadamente corrosivas y se deben manipular con muchas precauciones.