El EEG o electroencefalograma es una prueba que permite el registro de la actividad cerebral. El EEG es absolutamente indoloro. Los electrodos se colocan en el cuero cabelludo y se conectan a un monitor y a una impresora. La actividad cerebral se transcribe en forma de trazado. Este trazado es analizado por un neurólogo quien puede determinar si existe alguna anomalía neurológica. Se puede llevar a cabo durante el sueño o en el contexto de una actividad, dependiendo de la patología sospechada. El electroencefalograma se practica principalmente en los casos de sospecha de epilepsia, trastornos del sueño o enfermedades infecciosas del cerebro. Dos EEG planos con un intervalo de 4 horas confirman la muerte cerebral.