La árnica es una planta de montaña, presente principalmente en América del Norte y Europa. En medicina, se utiliza principalmente para la aplicación externa (gel, pomada, tintura) y sirve para ayudar a reabsorber los hematomas y los edemas. Su acción estimula la circulación sanguínea, de ahí su uso en la flebitis. Sus propiedades analgésicas y anti-inflamatorias también ayudan a aliviar el dolor muscular y articular y las picaduras de insectos. La árnica también se puede utilizar para hacer gárgaras para aliviar el dolor de garganta. El uso prolongado de árnica puede causar inflamación de la piel, del intestino y de los riñones.