Los ultrasonidos son ondas sonoras no audibles para el oído humano, debido a su alta frecuencia. Se utilizan en medicina particularmente para las ecografías que permiten, vía informática, generar imágenes en función de la respuesta de los diversos tejidos cara a la emisión a su nivel de los ultrasonidos. En otros casos, los ultrasonidos pueden destruir tejidos o sustancias no deseadas. También se utilizan en fisioterapia para fines terapéuticos. El fisioterapeuta utiliza un generador cuya aplicación permite, gracias al calor generado por estas altas frecuencias, disminuir los dolores, mejorar la circulación o hacer que las articulaciones sean menos rígidas.