La úlcera se define como la pérdida de una porción de la superficie de un tejido; habitualmente de las membranas mucosas que revisten la pared interna de ciertos órganos del cuerpo, incluyendo los órganos digestivos o la piel, originando una lesión a ese nivel. A nivel de la piel se ve fácilmente y tiene la forma de una pérdida de sustancia habitualmente roja y hueca. Cuando se trata de las mucosas puede verse facilmente cuando afecta a una mucosas externa (como en la cavidad bucal); si no es así se puede observar gracias a un examen endoscópico en el que se utiliza una pequeña cámara. En este caso, una erosión aparece inicialmente y afecta a la mucosa. Hablamos de ulceración cuando se alcanza la capa más profunda llamada musculosa. Estas lesiones, en función del lugar dónde se instalan, están generalmente asociadas con enfermedades subyacentes. La propia úlcera no es una enfermedad, sino un síntoma de un trastorno primario.