La epidermodisplasia verruciforme es una lesión de la piel, de origen hereditario, y relativamente rara. En general suele aparecer antes de los 20 años o durante la infancia, entre los 4 y los 8 años. Se manifiesta por la aparición de manchas o botones, aislados o reagrupados, que parecen verrugas planas, rosadas, blancas o marrones. Se localizan especialmente a nivel de la cara, de las manos (cara dorsal) del torso. En ocasiones puede evolucionar hacia una cáncer de piel. El principal consejo es protegerse la piel del sol y los tratamientos suelen tener una eficacia relativa.