El parasitismo describe una relación simbiótica entre dos organismos, uno de los cuales cumple la función de huésped y el otro la función de parásito. El organismo que acoge al parásito le aporta también la alimentación necesaria para sobrevivir. Existen dos categorías de parásitos. Los endoparásitos se desarrollan en el interior mismo del huésped y los ectoparásitos viven en su superficie. El organismo parásito evoluciona a expensas de su huésped ocasionándole problemas pero sin provocarle su muerte. Si el parásito matara a su huésped hablaríamos, entonces, de parasitoides.