La histopatología consiste en estudiar al microscopio los tejidos orgánicos: las anomalías que se detecten permitirán realizar un diagnóstico de una patología determinada. Las muestras de tejidos a menudo se obtienen a través de biopsias (toma de un pequeño fragmento de piel o de un órgano de una persona viva). El resultado del exámen microscópico permitirá descubrir, eventualmente, de qué enfermedad sufre el paciente e instaurar el tratamiento apropiado. La histopatología también puede estudiar tejidos muertos, que se obtienen de un cuerpo en el transcurso de una autopsia. En este caso el objetivo es descubrir las causas que han provocado la muerte del sujeto.