La biopsia de pulmón, o biopsia pulmonar, es una exploración quirúrgica que consiste en obtener una o más muestras de tejido pulmonar para confirmar o descartar un diagnóstico. Se realiza bajo anestesia local y requiere que el paciente esté un día de hospitalización como mínimo. La prueba la realiza un cirujano que se guía por un escáner para conseguir la inserción de la aguja hasta la zona donde se obtiene el tejido. Después de la biopsia de pulmón aparece con frecuencia una desprendimiento de la pleura o la presencia de sangre en el esputo. Los casos de hemorragia o distress respiratorio son relativamente raros.