De una forma general, denominamos parénquima a los tejidos cuyas células aseguran una actividad fisiológica (a diferencia de los tejidos de sostén o tejidos de unión). Así, el parénquima pulmonar participa en la función respiratoria. Para ello se compone de bronquiolos, conductos alveolares y alveolos. El parénquima pulmonar asegura los intercambios gaseosos a través de los capilares sanguíneos. En caso de lesión, el parénquima es sustituído por un tejido conjuntivo cicatricial que no puede ejercer la actividad fisiológica.