Como su propio nombre indica, la termocoagulación es el fenómeno de la coagulación por calor. La termocoagulación (o rizolisis) se emplea en cirugía para aliviar las lumbalgias crónicas. Para ello se utiliza un utensilio en el que se hace circular una fuerte corriente eléctrica. Esta corriente deja ir calor que quema los tejidos con los que entra en contacto. Así se destruye el nervio responsable del dolor. La termocoagulación provoca, sin embargo, una debilidad muscular.