La electrosensibilidad, también llamada sensibilidad electromagnética, es todavía poco conocida. A continuación, un panorama sobre los síntomas más frecuentemente observados, el diagnóstico y el tratamiento previsto.
La electrosensibilidad es generalmente atribuida a la exposición a los campos electromagnéticos. Las ondas electromagnéticas son más o menos potentes según su frecuencia. Pueden ser emitidas por las antenas de televisión o de radio, por los teléfonos móviles y por los aparatos de uso doméstico. La aparición de síntomas puede también ser debida al temor de los efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud, más que a la exposición misma.
No existe una lista de síntomas específicos a la sensibilidad electromagnética, pero ciertos signos son frecuentemente observados. Según la OMS, puede tratarse de reacciones dermatológicas (enrojecimientos y ardores), cansancio importante (astenia), aturdimientos, dificultades de concentración, náuseas y palpitaciones. Dolores de cabeza, dolores oculares y acúfenos pueden también ser observados en las personas sensibles a los campos electromagnéticos. Los síntomas son de intensidad y de gravedad variables en función a los individuos. En ciertos casos, esta sensibilidad puede resultar particularmente desventajosa en las actividades diarias.
Las personas que piensan ser sensibles a los campos magnéticos deben consultar a un médico con vistas a un diagnóstico apropiado. Hasta el momento, no existen criterios de diagnóstico claros. Es por eso que el médico debe en primer lugar eliminar otras patologías que pueden ser las causas de los síntomas procediendo a un examen médico y psicológico.
El tratamiento es prescrito en cada caso y se basa en primera intención en el tratamiento de los síntomas. Un seguimiento a largo plazo puede ser propuesto a las personas que sufren de síntomas crónicos y desventajosos, lo mismo que un tratamiento psicológico. Si la relación es establecida entre los síntomas y la exposición a los campos electromagnéticos, medidas de prevención también pueden ser aplicadas con el fin de reducir la exposición a los campos electromagnéticos. Por ejemplo: la modificación de las condiciones de trabajo para continuar llevando una vida social normal.
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