La testosterona es la hormona andrógena más importante del organismo. En ambos sexos, esta hormona es producida al nivel de las glándulas suprarrenales. En el hombre es especialmente producida a nivel de los testículos. La testosterona permite el mantenimiento de los caracteres sexuales masculinos y el control de la espermatogénesis.
En la mujer, es producida en pequeñas cantidades en los ovarios.
Un análisis sanguíneo de testosterona en el hombre puede ser prescrito para poner en evidencia una insuficiencia testicular o gonadotrópica.
Un análisis sanguíneo de testosterona en la mujer puede ser prescrito para explorar el Hirsutismo (exceso de pelos en zonas que no son habitualmente velludas).
Los valores normales de testosterona dependen del sexo y de la edad.
En el hombre y según la edad, debe estar comprendida entre:
1 y 10 años: inferior a 0,7 nmol/L.
10 y 20 años: 1,7 y 17,5 nmol/L.
20 y 45 años: 10 y 30 nmol/L.
40 y 60 años: 7 y 28 nmol/L.
60 y 75 años: 3,5 y 17,5 nmol/L.
Más de 75 años: 0,4 y 9 nmol/L.
En la mujer y según la edad, debe estar comprendida entre:
1 y 10 años: inferior a 0,5 nmol/L.
10 y 20 años: entre 0,5 y 3,1 nmol/L.
20 y 45 años: entre 0,5 y 3,1 nmol/L.
45 y 60 años: entre 0,5 y 2,8 nmol/L.
Más de 60 años: entre 0,3 y 1,70 nmol/L.
El nivel de testosterona puede disminuir en el hombre en los siguientes casos: insuficiencia testicular, síndrome de Cushing (exceso de secreción de la glándula suprarrenal), tratamiento con análogos para un cáncer de la próstata, consumo de andrógenos de síntesis, estrógenos, antiandrógenos.
El nivel de testosterona también puede aumentar en el hombre en casos de consumo de testosterona exógena o gonadotropinas, hipertiroidismo, síndrome de los testículos feminizantes (insensibilidad a los andrógenos).
La producción de testosterona en mujeres puede verse aumentada en los siguientes casos: hirsutismo, síndrome de los ovarios poliquísticos, tumor ovárico o suprarrenal.
Los valores normales de un análisis de testosterona pueden variar de un laboratorio a otro. Estos no constituyen un diagnóstico. Es importante consultar con el médico tratante con el fin de prever exámenes complementarios o un posible tratamiento.
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