La fóvea forma parte de la mácula, una hendidura poco profunda y amarillenta situada en el centro de la retina (en el fondo del ojo). La mácula corresponde al sitio donde la capacidad para ver de lejos es la más elevada (agudeza visual). La fóvea, por ella misma, es muy importante para la visión: asegura la visión central, permite distinguir con precisión los detalles y también ver los colores. La fóvez está formada por conos de células fotosensibles que permiten distinguir los colores. Una afectación de la fóvez (por ejemplo, una enfermedad genética, un accidente) pueden provocar una pérdida de la visión central y de la percepcón de los colores.