El examen del fondo del ojo forma parte de toda consulta oftalmológica.
Los médicos de Medicina General suelen ordenar este examen, sobre todo para controlar la evolución de algunas enfermedades tales como la diabetes o la hipertensión arterial.
Este examen consiste en utilizar un dispositivo óptico para poder observar la retina, sus vasos sanguíneos, la mácula (zona central de la retina que se encarga de la visión fina) y la papila óptica (cabeza del nervio óptico que conduce los estímulos visuales al cerebro).
En el caso de un paciente con diabetes, este examen permite detectar posibles complicaciones ya que el estado de los vasos sanguíneos de la retina refleja el estado de todo el sistema vascular.
Para realizar este examen, lo primero que hará el médico será aplicar un colirio para dilatar la pupila. El efecto de este colirio puede causar ciertos problemas de visión durante algunas horas. Es necesario que el médico advierta al paciente acerca de estas molestias y que le prohíba conducir.
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