En griego, iatrogénesis significa "provocado por el médico". Así, esta manifestación clínica es provocada por el profesional de salud que administra una tratamiento médico a su paciente y provoca, de forma involuntaria, efectos nefastos. Es lo que se llama, en el lenguaje médico, los efectos secundarios. La iatrogénesis puede manifestarse como un cambio en el estado del paciente o por la aparición de una nueva patología. Por ejemplo, a un paciente se le pueden administrar antiinflamatorios para tratar un dolor de origen articular y desarrollar una iatrogénesis medicamentosa que puede causarle problemas digestivos importantes.