La castración química consiste en la administración de un tratamiento medicamento a un individuo con el fin de reducir su libido. La castración química no es definitiva y vuelve el apetito sexual después de suspender el tratamiento. El tratamiento puede ser por vía oral o por inyecciones. Reduce la producción de testosterona o bloquea la hormona de la reproducción. La castración química sólo se utiliza de forma voluntaria y en individuos en situación de riesgo de provocar agresiones sexuales.