El adjetivo patognomónico sirve para calificar un síntoma que aparece únicamente en el marco de una enfermedad específica. Cuando se detecta un signo patognomónico automáticamente se puede establecer un diagnóstico médico de certeza. En medicina este tipo de síntoma es extremadamente raro. El más conocido es el signo de Köplik que se caracteriza por pequeños puntos blancos en la cavidad bucal, a nivel de los molares. Aparece unos días antes de la rubeola. Existe también el signo de Lhermitte, que indica una lesión cordonal posterior, o el signo de Babinski que confirma una lesión del fascículo piramidal.